Negación

Mucho tiempo me negué a creer que era incapaz de innovar, pero creo que ha llegado tiempo de aceptar un par de cosas, porque eso implica entenderme a mí misma. 

Toda mi vida he tenido calificaciones ejemplares, he sido una estudiante modelo y me he esforzado por cumplir con las expectativas que yo misma me puse conforme a lo que otros pensaban de mí. Pero cada día me parece más cansado y difícil realizar mis proyectos académicos y personales.  

Por alguna razón, en algún momento de mi vida ignorar mis sueños pareció sencillo y ni siquiera me di cuenta. De un momento a otro ya no deseaba con fuerza escribir y publicar un libro, ya no quería ayudar a otras personas ni hablar muchos idiomas; y aunque yo creía que sí, conforme me ahogaba en la universidad fui dejando ir mis ganas hasta convertirlas en palabras vacías. Ya no escribo, ya no repaso vocabulario ni estudio idiomas en mis ratos libres, me alejé tanto de mis sueños que tengo un bloqueo lector desde hace años y cada vez entro a menos de mis clases de japonés. 

Muchas veces me he sentido inútil y desgastada, y aun así me he convencido todo este tiempo de que simplemente era un mal momento y que saldría de él. He dependido 3 años de mi carrera universitaria de muchas personas y en todo ese tiempo no he brindado ni una sola idea para los proyectos de las asignaturas. Y cuando creía que no era verdad simplemente me repetía que tenía un buen equipo y que estaba con ellos porque algo tendría yo que aportarles, que solo era por que eran muy buenos equipos que yo me sentía tan mal de no seguirles el ritmo. 

Pero, ahora que me he alejado un poco de mis equipos y he explorado lo que es estar parcialmente sola en diferentes asignaturas, me he dado cuenta que no soy inútil pero que si tengo límites que creía ingenuamente podría olvidar con un poco de esfuerzo y determinación como lo había hecho toda mi vida. 

La cosa con el esfuerzo y la determinación, es que nunca sustituyen al talento ni a las habilidades naturales de otras personas. Y es que, en el mundo actual en el que la sobrepoblación es inmensa y la competencia también, mis habilidades se ven aplastadas por las de otros que tienen el don de crear y solucionar problemas con ideas ingeniosas. 

Me di cuenta de que soy una estudiante ejemplar y modelo no porque estuviera en buenos equipos ni por mi determinación, sino porque el modelo educativo es bastante poco congruente con lo que desean enseñar. Y es que memorizar al momento, repetir, seguir instrucciones y replicar son algunas de las habilidades que poseo y me han permitido mantener un promedio arriba de 9 desde que soy pequeña. 

Pero en la vida real, son habilidades que sin ideas y sin soluciones ingeniosas no son más que mediocres y que me ponen debajo de muchas otras mentes brillantes. Y la cosa es que ni siquiera me importa compararme con los demás, pero sí que me representan un problema solamente porque dejé atrás lo único en lo que mis habilidades naturales me permitirían por lo menos sentirme capaz y en una de esas triunfar o mantenerme satisfecha conmigo misma. 

La cosa es que, en la ciencia (que justamente estoy estudiando una), mis habilidades ni siquiera me permiten ser buena estudiante últimamente, y lo peor es que ni siquiera estoy enamorada, o apasionada de lo que estudio. Ni un poquito. Pero me ha hecho ver lo que todo el tiempo negué, y es terrible porque perdí la motivación y las ganas de hacer aquello en lo que soy naturalmente buena también. 

Idiomas, donde al parecer tengo facilidad y que solo requieren de mí constancia y determinación; y artes, en los que solo requiero de expresar mis sentimientos de la manera en la que lo he hecho de manera orgánica toda mi vida. 

Entonces, ¿Qué viene ahora que la negación me condujo a la peor versión de mi misma?  



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