He notado que existen amistades tan vacías y poco profundas que me pregunto en qué momento fue que decidí dejar de tener esa clase de relaciones en mi vida. Tiene mucho que me volví selectiva con la gente a mi alrededor inconscientemente, pero nunca entendí qué era lo que hacía que mis amigos fueran tan diferentes a los amigos de muchos otros. Y quizá no puedo ser objetiva porque son mis amigos y los amo con todo lo que soy, intensa y torpemente. Pero creo que mis amigos son mucho más de lo que muchos de los amigos de otros serán. Son cómplices y son socios, son amorosos y son comprensivos, son consentidores y son honestos. Siempre están para mí y siempre están dispuestos a tener una conversación sin sentido o una profunda, una real y honesta, comparten sus miedos, sus opiniones y sus experiencias y no le temen a ser vulnerables ni a decir lo que pasa por su cabeza entre las personas correctas. Son conscientes y son determinados, siempre dan todo de ellos e inten...
Mucho tiempo me negué a creer que era incapaz de innovar, pero creo que ha llegado tiempo de aceptar un par de cosas, porque eso implica entenderme a mí misma. Toda mi vida he tenido calificaciones ejemplares, he sido una estudiante modelo y me he esforzado por cumplir con las expectativas que yo misma me puse conforme a lo que otros pensaban de mí. Pero cada día me parece más cansado y difícil realizar mis proyectos académicos y personales. Por alguna razón, en algún momento de mi vida ignorar mis sueños pareció sencillo y ni siquiera me di cuenta. De un momento a otro ya no deseaba con fuerza escribir y publicar un libro, ya no quería ayudar a otras personas ni hablar muchos idiomas; y aunque yo creía que sí, conforme me ahogaba en la universidad fui dejando ir mis ganas hasta convertirlas en palabras vacías. Ya no escribo, ya no repaso vocabulario ni estudio idiomas en mis ratos libres, me alejé tanto de mis sueños que tengo un bloqueo lector desde hace años y cada ...
Es como si mi cabeza fuese incapaz de enfriarse, como si latentes quedarán las preocupaciones y ardiendo estuvieran las salidas que dirigen a encontrar soluciones. La paciencia se agota y es entonces que todo pica, arde y quema. Con fuerza siento arañazos en en mi mente, siento los gritos retumbar en mi cabeza haciendo eco para enfrentar los problemas, escucho los sollozos desesperados que buscan apagar las llamas. Aun así no es suficiente, porque las llamas me envuelven y así consumen mi último aliento de cordura y serenidad.
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